Sí, habéis leído bien: mi primer año en el Primavera Sound, tanto como espectadora, como fotógrafa. La verdad es que nunca he sido muy fan de los festivales, prefiero ver a los grupos en salas más pequeñas… Es una experiencia mucho más íntima.

Aunque esta vez, cuando en Binaural me ofrecieron ser fotógrafa en el festival, no me lo pensé dos veces. Es una experiencia muy distinta a la de ir a un concierto, hacer fotos en las tres primeras canciones y luego a disfrutar del resto del espectáculo o bien irte a casa por haber acabado tu trabajo.

En un festival no paras quieto. Tienes tu «chuleta» preparada con los grupos a los que tienes que ir, los horarios exactos, los escenarios donde tienes que desplazarte… En mi caso ha sido como jugar al Tetris: ahora toca este grupo aquí, pero en 20 minutos tengo que estar en la otra punta de todo el recinto porque empieza otro, pero luego toca un grupo grande y hay que hacer cola de fotógrafos porque puede que solo entremos unos pocos… Y no te queda otra que estar una hora de pie esperando.

Pero cuando llega el último día, acabas satisfecho con tu trabajo, y la verdad es que espero poder volver a repetir los siguientes años. He descubierto nuevos grupos que se han ido de cabeza a mis playlists y he conocido grandes profesionales de la fotografía. ¡No me quejo!

Por si os interesa, en Binaural han hecho un artículo recopilatorio con algunas fotos que saqué, y también os dejo algunas de mis favoritas por aquí. ¡Espero que os gusten!